Saturday, June 11, 2016

Jonás ante el "Clemente y Misericordioso" Dios



El relato de Jonás  es un claro contraste entre su disposición, en representación de la de Israel y la de Dios con relación a Nínive, la violenta e idólatra capital del gran imperio asirio.  Se trata de una representación vívida de las implicaciones universales de la fe de Israel.

Aunque Jonás originalmente se rehúsa a responder al llamado de Dios (Capítulos 1 y 2) Dios le ofrece una segunda oportunidad. La “palabra de Jehová” (1:1, 3:1) viene nuevamente a él. Antes “se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis” (1:3) pero luego “se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová” (3:3, énfasis añadido)

Es también posible notar un paralelo con el relato del patriarca Abraham en relación a las ciudad de Sodoma (Génesis 18:22-33). Ambas presentan el dilema de patriarcas ante el juicio de Dios contra del pecado. Abraham intercede a favor de la ciudad mientras Jonás intenta huir lo mas lejos posible de ella.  Abraham descubre que Dios es mas misericordioso de lo que él había anticipado (18:32) pero Jonás, en su enojo, expresa que su intención de escapar se debía a que anticipaba que Dios pudiese demostrarles su misericordia (4:2). 

En el desenlace de la narrativa se puede vislumbrar una tendencia al tribalismo que conlleva actitudes etnocéntricas y de simple preservación propia en lugar de aprecio y servicio a los otros.  Esta propensión humana se yuxtapone con el corazón compasivo y misericordioso de Dios. En su oración, Jonás describe acertadamente a Dios como “clemente y piadoso”, tardo en enojarse y “de grande misericordia” (4: 2). Esa descripción de Dios se remonta a la revelación de sí mismo a Moisés en el Monte Sinaí (Éxodo 33 y 34). Los hijos de Israel habían pecado adorando al becerro de oro que habían forjado. Moisés intercede por ellos y pide ver la gloria de Dios (Ex 33:18). En respuesta , Dios pone a Moisés en una cueva y pasa “por delante de él" proclamando acerca de sí mismo los atributos que Jonás repetiría en medio de su frustración.


La descripción de Dios como compasivo y misericordioso no solo es preponderante en el Antiguo Testamento (2 Crónicas 30:9; Nehemías 9:17; 31; Salmo 103:8; 111:4; 145:8; Joel 2:13) sino que siglos después influenciaría la compresión islámica de Dios.  La palabra “misericordioso” en hebreo  (רַחוּם) se pronuncia de manera muy similar en árabe (رحي ) y es usada para describir a Dios en 113 de los 114 capítulos (Suras)  del Corán. Tanto Jonás como Abraham y Moisés son profetas venerados por los musulmanes.

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